- frasco con tapa
- tiza de distintos colores
- sal
- guayo (opcional)
- pedazo de tela
- cinta decorativa
¿Cómo lo hago?
Vierte un poco de sal en un envase pequeño. Coge una tiza (del color de tu preferencia) y frótala con la sal hasta obtener la intensidad del color deseado. Recuerda, mientras más sal, menos intenso será el color. (Otra opción es frotar la tiza con el guayo y luego mezclar con la sal.) Después que obtengas el color deseado, viértelo dentro del frasco y repite los pasos con otros colores hasta llenar el frasco. Puedes inclinar el frasco para que las divisiones entre los colores no queden rectos, pero no muevas demasiado para evitar que se mezclen los colores. Una vez llenes el frasco, ponle la tapa y cúbrela con el pedazo de tela y sujétalo en su lugar con la cinta decorativa. Listo!!!
Nosotros tenemos el nuestro en la sala. Y tú, ¿qué lugar de la casa decidiste decorar con el frasco?
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